En Armenia, bajo el sol de las 4:00 p.m., Bogotá F.C. vivió una de esas tardes que ponen a prueba la fortaleza de cualquier equipo. Caímos 6-1 frente a Deportes Quindío, en un encuentro donde el marcador reflejó la contundencia del local, pero no la entrega de un grupo que se niega a darse por vencido.
Desde el arranque, Quindío impuso condiciones y aprovechó cada error para ampliar la diferencia. Sin embargo, también tuvimos nuestro momento: el capitán Kevin Castro marcó el descuento que nos dio aire y mostró que, pese a la adversidad, seguimos compitiendo. Ese gol fue un grito de orgullo, la señal de que este equipo mantiene la fe intacta.
El resultado es duro, y no lo negamos. Pero nuestra historia en el torneo no termina aquí. Los números todavía nos mantienen en carrera y tenemos claro que dependerá de nosotros dar la respuesta en los próximos partidos. En Bogotá F.C. entendemos que este traspié no define la temporada; lo que nos define será la capacidad de levantarnos y luchar hasta el último minuto.
Seguimos vivos en la competición, con la mirada puesta en el objetivo de clasificar a la siguiente ronda. Perdimos en Armenia, sí, pero la convicción de este equipo se mantiene firme: pelearemos cada punto, cada balón y cada juego, porque todavía hay mucho por escribir en este campeonato.